viernes, 16 de noviembre de 2007

Ж UNA DE ESPIRITISMO Ж

Esta historia pasó en Fuentesauco allá por principios de los 80. Estamos en un verano caluruso de 1980, son sobre las 3 de la tarde, justo después de comer. Nos juntamos 4 ó 5 amigos de 15 ó 16 años en la terraza de la cafetería a tomar un café y jugar una partida de cartas, aburridos de cartas nos vamos a la casa de uno de ellos (Juan, un asturiano que esta aquí el verano en casa de su abuela) en esto que alguno dice : y si hiciéramos espiritismo? (por aquellos tiempos muy de moda) a ver si movemos un vaso sin tocarlo. Pos bueno, dijimos los demás (aunque no teníamos ni idea de hacer semejantes tonterías).
Las 5 de la tarde, casa de Juan, llega Luis Manuel y nos cuenta que en una bodega, para ser más exactos la de Capotín, va a tener lugar una sesión de espiritismo en el cual participaran un montón de chicas. Claro, no tuvimos que pensar mucho para ver que mi padre tenia una bodega que se comunicaba con esa, y entonces alguien dijo: y si nos adelantásemos a ellas entrando por tu bodega? ¡¡joder!! que idea se me esta ocurriendooooo!!!!! .
La idea es esta, como conocemos bien la bodega y sabemos que hay una gran cuba con un hueco detrás podemos hacer lo siguiente:
Oscar Luis, tu te quitas la camisa que estás cachas, te pones una linterna en el cinturón del pantalón que te enfoque el rostro donde te vas a poner unas tiras de celo resaltando unas asquerosas cicatrices en la carrillada.
Jorge Alberto, Coges el mazo de madera y golpeas la cuba haciendo un sonido hueco en re menor séptima que se caga la perra.
Luis Manuel, haces sonar esa botella de anís con el clavo de colgar los aperos de esta forma sacarás un agudo sonido.
Ismael, con esas cadenas harás un ruidillo que parecerá que hay fantasmas.
Juan, tu haces el uhhhh!!!! de los fantasmas.
También colabora Andrés avisando desde arriba con un silbido.
Después de un buen rato ensayando y escuchado la señas de Andrés, nos metimos agazapados detrás de la cuba.
Eran 10 ó 12 (de ellas no quiero decir nombres, si lo leen lo recordarán) bajaban parsimoniosamente las escaleras de caracol, al final del grupo iba un chico, el único chico, llamado Javito. Al fin llegaron abajo con el consiguiente alboroto por su parte.
Se acomodaron alrededor de una gran mesa de madera, apagaron las luces y encendieron una gran vela en el centro de la mesa.
Silencio
En esto nosotros seguíamos acurrucados en nuestro huequecito si respirar apenas, ningún ruido.
silencio.
Después de algunos experimentos, palabrejas raras y rezos, al ver que nada anormal pasaba, parece que se desanimaron un poco. Hasta que cogió las riendas del espiritismo una chiquita muy valiente y logró que todas las demás se concentraran firmemente.
Las primeras palabras dichas por la maestra de ceremonias fueron las siguientes (nos lo puso a guevo) Espíritu si estas ahí di algo.
Entonces Ismael hizo sonar la cadena y Luis Manuel la botella de anís durante apenas unos segundos.
Un extraño nerviosismo se apoderó de la bodega y más aún cuando Jorge Alberto dio un suave golpecillo con su mazo contra la madera de la cuba (vacía) y sonó un eco hueco que a más de una puso los vellos de punta.
Después de esto y cuando el miedo ya era patente, no se le ocurre a la chiquilla otra cosa que decir:
Espíritu si es verdad que estás ahí manifiéstate (uff lo estoy escribiendo 22 años después y aún me da yuyu ).
No terminó de decir esto cuando sale Oscar Luis de detrás de la cuba, con la sola iluminación de su linterna hacia su deforme cara, a la vez que a Juan le salió un ¡¡¡¡uuuhhhhhh!!! del alma, y todo eso musicado con los sonidos de cadenas, mazo y botella de anís. Bueno la imagen era dantesca todo el mundo metido debajo de la mesa llorando, creo que alguna chica llegó a desmayarse, ¿pero todo el mundo bajo la mesa? No!! el único chico del grupo cogió una tornadera que estaba colgada de la pared, y se fue hacia nosotros como el Cid.
Entonces ahí ya fue cuando se nos saltó toda la risa acumulada en esa larga media hora, pero al otro no había quien lo parara, así que nos toco subir corriendo delante de ese energúmeno que nos quería matar a tornaderazos.
Y así terminó esta historia que felizmente no hizo daño a nadie, aunque ahora desde la lejanía del tiempo y parándose a pensar en ella, pudo ser terrible.
Es una historia verídica que sucedió en Fuentesauco y yo me enteré de buena fuente :). Los nombre son cambiados para no herir sensibilidades.
Paco Medina 2005

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