jueves, 4 de noviembre de 2010

Hasta siempre Angelillo


gundo
Cargado originalmente por Portal Saucano
Hasta Siempre Angelillo
La luna te besa tus lágrimas puras, como una promesa de buena aventura…
Permitidme que comience este artículo, con la letra de esta copla de Manolo Caracol, la persona de quien vengo a hablaros hoy, cantó muchas veces en su vida”La niña de fuego”.
Estas trágicas fiestas de 2010 he echado tanto de menos a una persona, ¿qué digo persona?, un PERSONAJE, porque personaje es todo aquel que se sale de lo común, que es autentico, que tiene gancho, singularidad, que transmite algo, en definitiva que es irrepetible. Estas fiestas de Visitación de 2010, han quedado descafeinadas, entre otras cosas porque faltaba GUNDO.
Mi gran amigo Angel, con quien he compartido tantas cosas en esta vida, es una de las personas a las que más he apreciado en el pueblo, cada vez que me acuerdo de él, cientos de anécdotas me vienen a la cabeza, tantas horas en el Bar Paco, uno dentro y otro fuera de la barra, uno con el tebeo de Mortadelo y Filemón y el otro con su inseparable “chachito” siempre de vino blanco. Continuamente discutiendo cosas surrealistas, como aquella vez que decía que para ir a Barcelona, había que pasar por narices, por Santander.
Algunos saucanos amigos se acordaran de sus cantes en la esquina de la barra, siempre al lado del radiocasete, para que la grabación quedase más nítida. Después de cantar “La niña de fuego” o “la estudiantina” se la poníamos para que la escuchara y él se venía arriba, ya quisiera Manolo Caracol o Manolo Escobar cantarla así, decía. Qué pena de cassettes, el valor que tendrían ahora, porque también asomaba de vez en cuando otro personaje Julián “Bareta” y llegaban a picarse entre ellos, pero en cuanto asomaba por allí Sebastián les ponía los pies en el suelo, porque él cantaba mucho mejor.
Nada mas entra al bar, su frase era “quito pouchatito qui mivoy siguida”- traducido: Paquito ponme un chatito que me voy enseguida- y vaya si se iba, visto y no visto, no le daba ni tiempo a pagar, después de cruzar la puerta se le oía entre dientes “luego ti lo pago” y no tardaba ni media hora, ya estaba de nuevo allí, la misma escena repetida al menos 15 veces al día.
Seguro que en la peña los Espantes también lo habrán echado de menos, porque era una persona que se hacía querer, que cualquier cosa la hacía por el simple hecho de hacerla, sin pedir nada a cambio, bueeeno un vinito sí.
Cuantas “Manas Santas” sacaría la cruz, siempre al lado del cura, en entierros y procesiones. De verdad yo sentí mucho su muerte, era una persona con un gran corazón, creo que vivió una vida corta pero feliz, aunque en los últimos tiempos se le veía triste, quizás estaba demasiado solo.
Angel Sanchez Gutiérrez te recordamos, te recordaremos siempre.

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